miércoles, 20 de julio de 2011

Más grande que el mundo entero.

Sí, exacto, así me haces sentir cuando me besas. La chica más afortunada del mundo, la más bonita, la más lista. Aunque no sea así, me haces sentir un abanico de sentimientos, con solo sentir tus labios rozando los míos. No soy la más valiente, ni la más hábil, ni la más nada. Quizá fui la más desdichada al verte ahí, en los brazos de Hagrid, muerto e inmóvil. Tuve que gritar, ir hacia ti e intentar reanimarte. Pero no, me paró mi padre y Voldemort se mofó de mi. Me dio un vuelco el corazón, se me hundió el estómago cuando gritaron que estabas muerto. No, ¿por qué a mi? Me enamoré del Elegido, del que tiene que morir o matar. Tengo que ver cómo se burlan de ti, y mis ojos cada momento están más llenos de lágrimas. Y no puedo evitar que caigan. Entonces, de un flashazo me viene a la mente George: pobre de él, ha perdido a Mel. No se casará ni tendrán hijos. Pero, ¿qué es eso? Harry ¡Harry! ¡Está vivo! Quise ir a abrazarlo, a besarle y a decirle que le amo. Y en ese momento me dí la vuelta y Mel y Fred estaban ahí. Fred la ayudaba a andar, tenía una herida muy fea en el brazo. Y sólo se me pasó por la mente ¿Cómo? Me volví a girar y Harry huía. Quise ir a por él, pero de nuevo mi padre me agarró y me llevó con los demás; no sin yo oponer resistencia. Lo siento Harry, siento haber salido con Michael Corner y con Dean Thomas y habértelo restregado por la cara. Pero ahora, vuelve, vuelve y dame uno de tus besos que siempre recuerdo. Por que sí, recuerdo todos y cada uno de nuestros besos, caricias y abrazos. Cuando me salvaste en la cámara de los Secretos. Lo creas o no, aparte de deberte mi vida por salvarme, te debo mi vida por amarme.
Att: Ginny Weasley.

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